Ante la difusión de un análisis del golpe de 1976, hecho por quien dice ser allegado al gobierno nacional, es increíble que en estas horas se haya promovido una pseudo síntesis de las circunstancias vividas el 24 de marzo de 1976 donde, desconociendo absolutamente la realidad y sin consultar elemento alguno que avale esas afirmaciones, se señala que la UCR fue responsable y participó del golpe de Estado.
Menos de dos semanas antes, el presidente del radicalismo, Ricardo Balbín, habló por la cadena nacional de radio y TV y en un discurso de menos de 10 minutos señaló con precisión telegráfica, primero, que el país estaba convocado a elegir su futuro gobierno en menos de seis meses, que había que llegar a las urnas aunque sea con muletas, que las Fuerzas Armadas tenían todos los instrumentos legales para parar y reprimir la ola de sangre que se derramaba en el país por grupos subversivos que estaban absolutamente descontrolados; más aún, señaló que prefería el peor gobierno civil al mejor gobierno militar.
Finalmente señaló que pasare lo que pasare, el radicalismo no iba a arriar nunca la bandera de la vida en paz y de la unión de los argentinos.
Es sencillamente una infamia querer trasladarle la responsabilidad a la UCR y negar eso, cuya grabación debe estar y los medios escritos lo han registrado ampliamente. El que señaló esto lo hace de mala fe para confundir una desgracia que le costó muy caro a todos los argentinos.
Asimismo, en relación a las barbaridades ocurridas en esa época, el radicalismo agradece infinitamente al Papa Juan Pablo Segundo que se encargó de parar el desastre de la guerra con Chile y después vino a ayudar a calmar la frustración de la masacre de Malvinas.
Cabe señalar que los artífices de la barbarie, de un sector y de otro, fueron juzgados por iniciativa del gobierno de Raúl Alfonsín; de las cosas que sucedieron después no tenemos los radicales ninguna cuenta en nuestro debe.<
José María García Arecha: Ex-senador de la
Nación, UCR - CABA
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